El siglo XX ha sido testigo de la aparición de una gran cantidad de estilos artísticos. En cada uno de las disciplinas, se ha acrecentado el arte de manera exorbitante, formulándose nuevas medidas y nuevas formas de ejecutar el arte. La cantidad de nombres es demasiado extensa, cada artista contribuyendo de manera única en su propia disciplina. Incluso hay quienes han trascendido no sólo en una disciplina, sino en varias a la vez, a imitatio del renacentista Da Vinci. Así, han sido escritores, poetas, escultores y músicos, por nombrar algunas disciplinas artísticas, quienes en definitiva han cambiado la visión de mundo y el aporte cultural de la creación artística, en un siglo que está infestado de variedad y originalidad, y en el que el individuo mismo ha adquirido gran relevancia como medida de las cosas.
Durante al siglo abundaron los autodidactas y aquellos hombres que expresaban sus sentimientos más profundos a través del arte. No olvidemos que el impresionismo y el expresionismo, el Surrealismo y el dadaísmo, se apoderan en cierto momento del arte pictórico y la poesía, y cabe decirlo por taxativo que parezca, esta expresión de los propios esquemas mentales (recordemos la importancia que llega a tener para los artistas el psicoanálisis y el mundo de los sueños) jamás se aleja totalmente del proceso de creación artística.
Con el cambio de siglo, son varios los estilos que ven la luz por vez primera, y son en gran medida resultados de todo un proceso de evolución artística acaecida esencialmente en el siglo XIX. Dentro del arte ocupa un lugar esencial la creación musical. Pronto se dejan atrás los esquemas establecidos y se comienza a dar rienda suelta a la imaginación y a la improvisación. Con el cambio de siglo nace el jazz.
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