31.10.10

Jazz en el Massey Hall



Si bien escuchar música jazz en discos puede convertirse en una experiencia bastante agradable, el jazz es en esencia un estilo musical que debe escucharse en vivo, porque el jazz es improvisación y teatralidad, porque aunque un músico toque la misma canción todas las noches esta canción jamás es exactamente la misma. Una orquesta sinfónica, por lo general, ejecuta la música de forma intencionalemente estructurada, producto de varias sesiones de ensayo y del esforzado trabajo del director por lograr un pieza perfecta. Pero el jazz es distinto, porque si bien los músicos ensayan cada canción, dejan un gran espacio para la espontaneidad grupal y los solos donde cada músico demuestra su ritmo y destreza.

Con esto en mente, resulta interesante recordar un concierto histórico que convocó a los mejores músicos de la época, reuniéndolos en un quinteto que pasaría a la posteridad como una de las mejores agrupaciones de jazz, a pesar de no haber nacido espontáneamente sino creada para la ocasión. Me refiero al Concierto en el Massey Hall.
El Concierto se realizó en en Massey Hall, en Toronto, Canadá, el 15 de mayo de 1953. El quinteto estaba conformado por los más grandes representantes del jazz de la época: Dizzy Gillespie en la trompeta, Charlie Parker en el saxofón, Charles Mingus en el bajo, Bud Powell en el piano y Max Roach en la batería. Todos ellos no sólo eran músicos reconocidos, también eran figuras fundamentales en la revolución del be-bop. Fueron contratados por la New Jazz Society, una asociación de aficionados al jazz de Toronto, cuyos miembros decidieron, por votación, la adherencia de estos cinco grandes músicos neoyorquinos.

El concierto no estuvo carente de anecdotas. Pese a la trascendencia del encuentro, de 2500 entradas que esperaban venderse sólo 700 fueron compradas; la razón, esa misma noche había una pelea de boxeo de gran importancia, tanta que durante en concierto tanto el público asistente como los propios músicos salían a enterarse de los pormenores del combate. Charlie Parker y Dizzy Gillespie no estaban en el mejor momento de su relación. A Charlie Parker llegó sin su saxofón, que según se dice había empeñado a cambio de dinero para comprar heroína. Bud Powell venía saliendo de un sanatorio mental y tocó ebrio.

Pero pese a la cantidad de situaciones adversas, de las que mencioné sólo algunas, el concierto fue todo un éxito. Pese a ciertos problemas dentro del grupo, sobre el escenario se olvidaron todas las disputas y lograron llegar varias veces al climax de su música, a través de varios solos e improvisaciones.

Gracias a la grabación por magnetófono de Charles Mingus, existe registro del notable encuentro. Las misma edición del disco estuvo llena de anécdotas, que no vamos a referir en detalle en esta ocasión. Finalmente el disco fue editado como primera referencia del sello Debut (sello del propio Mingus), el que fue absorbido luego por el sello Presitige. Hoy se pueden conseguir ambas ediciones en las disquerías. Definitivamente, un disco que no podemos dejar de escuchar. Un concierto que pasó a la historia del jazz como uno de las más prolijas ejecuciones de música jazz.

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